Un país de analfabetas funcionales


El rezago educativo en México es un problema profundo, pues no se limita a la falta de escuelas para cubrir la demanda, la propia calidad de la educación impartida es deficiente. Así lo demuestran las cifras que hablan de analfabetas funcionales.

La UNESCO define analfabeta funcional como aquella “persona mayor de 15 años de edad que no haya completado cuatro años de educación básica o ha abandonado el sistema educativo”, estas personas aprendieron a leer y escribir, pero lo olvidaron, no lo hacen, o cuando lo hacen no comprenden lo que leen.

En febrero pasado la SEP reconoció que hay más de 15.5 millones de mexicanos que son analfabetas o analfabetas funcionales. Esto equivale al 11.6% de la población total, aunque se estima que en la práctica esta cifra podría alcanzar el 28.5 %. 

Estudios indican que jóvenes de comunidades marginadas que completaron su educación primaria, tienen una velocidad de lectura de 50 palabras por minuto y una retención de información del 50%, esto significa que no están entendiendo lo que se lee, además de que  descifran las palabras con lentitud. Un joven en estas condiciones difícilmente podrá cursar secundaria o preparatoria debido a su bajo desarrollo intelectual.

Pero los analfabetas funcionales no están solamente en las comunidades marginadas de México, basta observar que el promedio de lectura de un mexicano es de 2.9 libros al año, el más bajo en América Latina. Se estima que aproximadamente el 73% de la población no lee un solo libro al año.

¿Cómo construir una sociedad libre, respetuosa y justa, cómo concebir el progreso con una población de un nivel intelectual tan bajo?

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