Hoy es el día mundial de la
libertad de prensa, declarado por la ONU en 1993. En esta ocasión, se cumplen
20 años de esfuerzo desde distintas organizaciones en todo el mundo por
garantizar la seguridad de los periodistas, reporteros, colaboradores,
blogueros, productores y toda persona que interviene en la comunicación de
noticias; y que son perseguidos, acosados, violentados, encarcelados y asesinados
por dar a conocer la información verás que ataca los intereses de sus
ofensores.
Con este día, se pretende llamar
la atención de la opinión pública, gobiernos e instituciones, sobre la
importancia de proteger el derecho de libre expresión y prensa. En sociedades
en las que corren peligro los comunicadores, se crea un clima de silencio por
miedo, esto alimenta el crimen que se sabe impune, y el círculo vicioso crece,
generando más crimen y violencia.
Uno de los temas propuestos por
la ONU para ser discutidos este año, es la impunidad. Según informa este
organismo, solo uno de cada diez delitos contra la libertad de prensa, es
castigado con forme a la ley. Esto además de alarmante, es una situación que
incentiva los actos criminales contra los periodistas y demás involucrados en
los medios de comunicación.
Evidentemente es responsabilidad
de los Estados el proceder a la investigación y sanción de estos actos
violentos, pero de igual modo, la sociedad, las organizaciones e incluso los
propios medios de comunicación tienen una tarea de vigilar y denunciar esta
situación.
Cabe señalar, que la impunidad no
se genera por sí sola, es decir, requiere de condiciones sociales específicas,
como el factor corrupción, que debilita todo el sistema de impartición de
justicia. No hace falta señalar que en México estos dos fenómenos (impunidad y
corrupción) están a la orden del día; no en vano nuestro país ha permanecido
por años dentro de los primeros lugares en cuanto a asesinatos a periodistas.
La libertad de prensa, como cualquier otra
libertad, requiere defenderse, y es claro que hace falta un trabajo en conjunto
para lograrlo. A México le queda mucho camino por recorrer en esta dirección.
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