Por: Altea Mancebo del Castillo
El tema del matrimonio entre
personas del mismo sexo no es fácil, hay opiniones muy polarizadas. Aquí únicamente
deseamos exponer las dos posturas para incitar la reflexión, en pro de una
sociedad equitativa.
Como decíamos ayer, es un tópico que
levanta muchas pasiones a favor y en contra, pues concierne a uno de los puntos
más sensibles de las personas: su familia.
En Francia el debate continúa a
pesar de que la ley ya fue aprobada. Las personas siguen marchando para
oponerse o para apoyar la decisión, incluso se ha llegado a la violencia. La
pregunta es ¿se sigue luchando por los principios de amor y libertad, o es una
discusión meramente política?
Revisemos brevemente los
argumentos más usados por la oposición, integrada generalmente por grupos
religiosos y políticos conservadores:
- Se modifica el concepto de matrimonio. El concepto original se sustenta en la unión de un hombre y una mujer con el fin de procrear.
- Los homosexuales tienen relaciones inestables, tienden a ser promiscuos, y el porcentaje que desea casarse es muy bajo.
- Peligra la supervivencia de la especie. La función del matrimonio es procrear nuevas generaciones dentro de un marco estable y seguro. Las parejas del mismo sexo no pueden procrear ni brindar las condiciones adecuadas para un sano crecimiento en los niños.
- Es dañino para los niños, quienes necesitan una figura masculina y otra femenina para desarrollarse adecuadamente. El tener dos padres o dos madres les crea confusión y rechazo social.
- A los activistas a favor del matrimonio gay les interesa que desaparezca al matrimonio heterosexual, pues al redefinir el concepto lo debilitan, le quitan credibilidad.
- El Estado admite con ello que la homosexualidad es correcta, se valida esta práctica y se fomenta que existan más homosexuales.
La lista continúa, pero estos son
los más usados. Sin embargo existen contraargumentos para cada punto, los
cuales revisaremos en nuestra próxima entrada.
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