Por: Altea Mancebo del Castillo
Community Manager
Hoy es el día mundial del orgullo
autista. Desde 2005 se estableció este día para trabajar a favor de un cambio
en la percepción social acerca del autismo.
¿El autismo es una enfermedad?
No, el autismo es una forma de
diversidad neurológica, donde los individuos tienen un conjunto de
características particulares que le dificultan la socialización y comunicación,
entre otras. Es un “espectro de trastornos caracterizados por grave déficit de
desarrollo, permanente y profundo”.
El autismo se comienza a
manifestar en la primera infancia, entre los 18 y 36 meses de edad, cuando el
niño da señales de un desarrollo inusual, muestra dificultad para relacionarse
con otros, aprender y adquirir lenguaje; además tienen conductas repetitivas y
se preocupan por las rutinas y objetos.
Una persona con autismo tiene un
modo distinto de percibir la realidad, generalmente es muy sensible. Pero esto
no significa que deban ser curados de su diferencia. Esto es lo que se busca
con la celebración del día mundial del orgullo autista: quitar el estigma de
enfermedad.
Jim Sinclair, un activista
(autista) por los derechos del autismo, dijo: “En cierto modo estoy mal equipado
para sobrevivir en este mundo, igual que un extraterrestre sin manual de
orientación. Pero mi personalidad está intacta. Mi individualidad sin daño
alguno. Le encuentro significado y valor a la vida y no quiero ser curado de mí
mismo…”
Debido a las dificultades que
presentan estas personas para integrarse al aparato social, se ha buscado por
años tratamientos y “curas” para ellos; pero si se replantea la conducta social
respecto a ellos y no al revés, podemos respetar y dar cabida a su manera
particular de percibir y procesar el mundo, sin discriminarlos o forzarlos a
cambiar.
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