Por: Altea Mancebo del Castillo
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Comentábamos en la entrada
anterior que la Tribu Yaqui se encuentra en la defensa del agua que les
pertenece por decreto presidencial. Hoy el gobierno de Sonora construye el
Acueducto Independencia que desvía el agua del Río Yaqui al Río Sonora para
consumo industrial.
La Tribu defiende más que su
agua, la existencia de su pueblo, pues este atropello constituye un claro
atentado contra la supervivencia de la tribu. Sin agua, están condenados a
morir.
Aquí una breve reseña de su
lucha:
Han logrado que el Tribunal
Agrario número 35 dictaminara a su favor en un juicio de restitución del agua.
En mayo de este año, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ratificó el
amparo contra el manifiesto de impacto ambiental que otorgó la SEMARNAT para la
construcción del Acueducto Independencia, con lo que se respalda el carácter
ilegal de la obra.
A pesar de todo esto, el Acueducto
Independencia continúa en construcción,
y no se han apagado las bombas colocadas por CONAGUA para saquear el vital
líquido de la presa El Novillo. La Tribu Yaqui al ver pisoteado una vez más su
derecho constitucional, convocó a una marcha en Obregón, la cual alcanzó
grandes proporciones, y donde se decidió bloquear ese mismo día las entradas de
la ciudad.
Posteriormente, al no ver ninguna
resolución real a sus demandas, se bloqueó la Carretera Internacional 15 a la
altura del Pueblo de Vícam, (que se encuentra sobre el territorio Yaqui) y se
mantiene desde el 11 de junio hasta la fecha.
Debido a esto la Secretaría de
Comunicaciones y Transportes inició una demanda contra los líderes del
movimiento en defensa del agua de la Tribu Yaqui. También se emprendió una
campaña mediática para desprestigiar la lucha, y hay constantes
rumores de que se usará la fuerza contra los manifestantes.
A pesar de todo, la Tribu Yaqui
sigue firme en su lucha para defender su agua y su territorio. Su única
petición es que se respete el Estado de derecho en Sonora; porque el proyecto
del Acueducto Independencia es una ilegalidad y abuso de poder que sigue
impune.
México tiene una deuda histórica con los pueblos indígenas,
y lejos de reparar los abusos pasados continuamos aplastando a las culturas
prehispánicas de las que tanto nos enorgullecemos en los discursos.
Apoyemos a la Tribu Yaqui, difunde esta información.
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